Incluso los que no creen en la Teoría de la Evolución de Darwin saben que normalmente, año tras año, las motos de motocross de las principales marcas se van renovando y van evolucionando. A veces, estas renovaciones son simplemente estéticas, pero hay años en los que se puede decir que son evoluciones que más bien podrían denominarse revoluciones. Esta Kawasaki KX250 2023 entra directamente en la segunda categoría gracias a su motor, que ha crecido en todos los sentidos.
Ahora, tras este trabajo hecho por los ingenieros de la marca nipona, podemos decir que la Kawasaki KX250 2023 es la mejor KX que ha habido en los circuitos, pero también podemos decir que el camino recorrido por la hermana mediana de la familia KX no ha sido nada sencillo. Años de un camino que pareció estancarse en la versión anterior pero que los responsables de su desarrollo han sabido hacer girar para ponernos ante las manos una de las mejores motos de MX2 que podemos pilotar a día de hoy.
Aunque todavía tiene algunos puntos por mejorar como toda moto y en especial como toda moto de competición, si ponemos en una balanza todo lo bueno y a la vez todo lo mejorable, lo bueno gana por goleada. Al fin y al cabo, a veces no hay nada como una buena travesía por el desierto para hacerte experto en acabar encontrando el agua aunque necesites varios años de duro trabajo en ingeniería para hacerlo.
Equipamiento:
Casco: Scorpion VX-22 Air Ares
Botas: O´Neal RMX
El motor es el protagonista indiscutible de la Kawasaki KX250 2023
Una de las asignaturas pendientes que han tenido las KX250 en los últimos años ha sido su motor, una de las partes más decisivas en una moto de carreras. Si bien la versión 2021-2022 -que se mantuvo intacta de un año para otro en todos y cada uno de sus aspectos a excepción de las pegatinas- solucionaba en buena medida las carencias que tenía la versión 2020, ha tenido que llegar esta 2023 para dar un buen golpe encima de la mesa.
El propulsor de la 2020 era crítico y sólo “funcionaba” en un estrecho rango de revoluciones de la parte alta, siendo reforzados los medios y bajos en la 2021. Con esta evolución ese problema ha quedado definitivamente desterrado, ya que el monocilíndrico que monta ha recibido importantes modificaciones internas que han dado como resultado un comportamiento prácticamente impecable. Este motor está mucho más lleno en bajos y medios, pero sigue corriendo mucho si lo estiramos hasta llegar cerca del corte de encendido.
Esto se traduce en que la moto es más potente, rápida y sobre todo previsible, ya que no tenemos huecos en los que no empuja y otros en los que sí. La entrega de potencia es además de más contundente más controlable y eso siempre se traduce en tiempos más rápidos por vuelta. Además, el tacto que tiene el acelerador es preciso y conciso.
Todo esto viene de, entre otros factores, la recolocación de las válvulas de admisión en la culata (1,5 milímetros más cerca) junto a su menor diámetro (1 milímetro menos), el reposicionamiento de un inyector de combustible y el rediseño de los conductos de admisión. Ahora el llenado de la cámara de combustión con la mezcla aire-gasolina es mejor y se produce más rápido y aunque haya escéptic@s que no crean en que modificaciones tan pequeñas puedan tener efecto, el cambio se siente significativamente si se cuenta con una mínima experiencia.
Por si faltaba algo, el escape también ha visto sus medidas modificadas, siendo 10 milímetros más largo el silencioso para potenciar la zona baja y media del rango de revoluciones. Por su parte, las relaciones del cambio han sido reajustadas, con una primera más larga y una segunda diferente para suavizar el paso entre ellas. Si bien la palanca de cambios tiene un tacto seco, hay que reconocer que es a la vez muy preciso y permite cambiar de manera muy efectiva tanto en subida como en bajada de marchas.
El chasis y las suspensiones se mantienen
Tener un buen motor no es garantía de nada en un circuito si de la mano no va una buena parte ciclo. En este sentido, la Kawasaki KX250 2023 trabaja de manera más que aceptable gracias a su bastidor ya conocido de la versión anterior. El comportamiento de la moto es ágil y los cambios de dirección se pueden hacer rápido sin ningún problema. La moto entra perfectamente en las curvas tanto cerradas y lentas como abiertas y rápidas.
Lo que sí ha sido ligeramente modificado respecto a la 2022 ha sido el apartado de las suspensiones. La horquilla delantera es la misma de función separada que teníamos el año pasado pero se han cambiado sus ajustes internos para hacer que tenga un comportamiento más duro. Si bien eso la puede hacer más efectiva a niveles de pilotos rápidos, puede ser algo incómoda para los pilotos con menos nivel. Afortunadamente esto no supone ningún problema, ya que podemos ajustar a nuestro gusto tanto la compresión como el rebote y la precarga. El amortiguador trasero mantiene muy bien el nivel, siendo igualmente algo más duro y a la par regulable en todos los aspectos imaginables.
Por su parte los frenos están a un nivel bueno, teniendo la potencia necesaria tanto en el tren delantero como en el trasero. El tacto de la bomba delantera es muy directo sobre todo con la maneta corta que lleva acoplada, pero si se tiene un poco de experiencia resulta cómodo y fácil de entender. Con todos estos componentes rebajados al máximo en peso, la Kawasaki KX250 2023 marca 104,5 kg en orden de marcha.
La electrónica de la Kawasaki KX250 2023 es su punto menos avanzado
Llegados al punto de valorar la electrónica es cuando la Kawasaki KX250 2023 se queda un poquito rezagada. Aunque tenemos a nuestra disposición el sistema de control de salidas, que permite que la moto sea más efectiva y rápida en las arrancadas de las carreras, seguimos sin poder disponer de diferentes mapas del motor en un botón, algo que marcaría un antes y un después en la saga KX y que algunas de sus rivales como la Honda CRF250R sí que adoptan aunque también son más caras.
El último aspecto realmente útil que debemos valorar de la KX250 es su posición de pilotaje. El manillar está correctamente colocado para permitir un pilotaje cómodo tanto sentado como de pie, pudiendo hacer toda la fuerza del mundo que queramos sobre él en las zonas del circuito más complicadas. Aunque no es una moto pequeña ni baja, la estrechez del conjunto es muy positiva, permitiendo hacer fuerza con las piernas. Igualmente, es un acierto contar con las estriberas más anchas de lo normal, algo que aumenta el nivel de agarre de la bota y también la capacidad de mantener el pie donde se quiere de manera segura y efectiva.
En definitiva, la Kawasaki KX250 2023 es la mejor de las KX250 que se han podido pilotar hasta la fecha, la más divertida, la más rápida y la más fácil de llevar independientemente del nivel de pilotaje que se tenga. Además, todo apunta a que los únicos cambios que tendrá de cara a 2024 serán estéticos, por lo que la seguiremos viendo en los circuitos de manera prolongada.