Si hay algo que por definición y concepto suele pasar en la gran mayoría de motos es que la capacidad de carga es cuanto menos limitada, por no decir reducida. Es cierto que en el mercado actual existen motos que tienen esta capacidad algo ampliada, como los scooters que disponen de un espacio en mayor o menor medida bajo su asiento en el que se pueden depositar y transportar objetos de manera efectiva. Sin embargo, este espacio no suele dar para mucho exceptuando algunos scooters de tipo GT. Si este no es tu caso, una buena opción que tienes para ganar capacidad de carga es recurrir a baúles externos como este GIVI V56 que hemos probado en Moteo.
Después de haber pasado unos meses utilizándolo de manera habitual, hay una conclusión muy clara que ha surgido de la manera más natural posible. Si tienes una moto convencional y la usas para tu día a día (no sólo para salir de ruta los fines de semana), esta es una de las mejores soluciones que existen para que sea mucho más polivalente. Y por qué no decirlo, también para que te haga la vida mucho más cómoda.
El GIVI V56 cumple lo que promete
Si quieres que tu moto sea más bonita, instalarle el baúl GIVI V56 tal vez no sea la mejor idea, seguro que tienes muchos otros accesorios en el mercado. Si quieres que sea mucho más útil, sí lo es. Para que nos hagamos una idea, el V56 ofrece 56 litros de capacidad en su interior y eso da para mucho. Se pueden guardar dos cascos –integrales en muchos casos si no son excesivamente grandes- y aún así queda espacio para muchos otros objetos tales como guantes, ropa o incluso productos de la vida cotidiana. Si no metes los dos cascos, esos 56 litros quedan a tu disposición para llevar por ejemplo dos bolsas de la compra.
En el interior la carga va sujeta de manera impecable gracias a las tiras elásticas que se unen para que todo quede donde está. Además, estas tiras trabajan en conjunto con una “alfombra” de espuma que se encuentra en el fondo del baúl y que además de filtrar mucho las vibraciones propias que pueden llegar durante la marcha, hace que los objetos no se desplacen de manera sencilla incluso aunque no estén atados. Eso sí, todo con lógica, si hacemos una conducción agresiva obviamente acabará moviéndose la mayor parte de nuestra carga.
Un punto que debemos tener en cuenta a la hora de alojar nuestras cosas dentro del V56 es que su masa máxima admisible es de 10 kg, una cifra nada despreciable. La rigidez del baúl es más que suficiente para soportarlo sin notarse deformación alguna por ello. Igualmente debemos saber que no es recomendable sobrepasar los 120 km/h según el fabricante italiano recoge en las instrucciones. Además, su interior permanece inalcanzable para la lluvia con cantidades de agua de 20 litros por minuto.
Utilizar el V56 es fácil y cómodo
Una vez en marcha, el GIVI V56 no supone un impedimento para una conducción normal en situaciones normales. Cuando se va callejeando su presencia pasa completamente desapercibida, notándose únicamente el incremento de peso que tiene la moto con la carga que llevemos y su efecto al estar elevada y retrasada. A efectos prácticos, es prácticamente imperceptible por la inmensa mayoría de usuarios.
Cuando salimos a carretera, su línea hace que no sea muy resistente al aire frontal, que además quita prácticamente al 100% nuestro cuerpo. Ante vientos laterales su perfil es beneficioso, no ejerciendo una resistencia elevada que pueda afectar de manera excesiva a la dirección de la moto. En cualquier caso, aunque en determinados momentos se note su presencia, no es para nada incómodo dinámicamente hablando.
Una de las características de este GIVI V56 es que una vez llegados a nuestro destino, podemos desengancharlo rápidamente y llevarlo donde queramos gracias a su asa retráctil que también sirve como pulsador para la apertura de la tapa. Es cierto que no es cómodo llevar el baúl en la mano durante mucho tiempo por sus dimensiones y menos si está cargado, pero si va a ser durante poco tiempo o pocos metros, este agarre es muy útil. Igualmente útil es el sistema Monokey, que permite abrir y cerrar el baúl con una única llave que también permite su extracción de la parrilla.
El montaje del GIVI V56 y sus herrajes no es complicado si se tiene algo de maña
Aunque lo hayamos dejado para el final, hay un punto inicial imprescindible para poder utilizar el GIVI V56 en nuestra moto: montar los herrajes necesarios. En este caso, lo hemos hecho con una Honda CB650R y el sistema no ha sido excesivamente complicado. Con un poco de maña, es posible realizar la instalación en una hora o incluso menos. En nuestro caso tuvimos que desmontar los dos asientos, el enganche del cierre del asiento, el faro trasero, las tapas laterales del colín, las estriberas del pasajero y el portamatrículas. Nada que no se pueda hacer con unas cuantas llaves de tubo, allen y un destornillador de estrella.
Una vez extraídas estas partes, se colocan cuatro pletinas con tornillos que vienen en el kit y sobre ellas se anclan las dos barras laterales con tres tornillos cada una, tras lo cual hay que recolocar todas las piezas. Finalmente, sobre sus extremos traseros se coloca la parrilla y sobre ella, insertando dos alojamientos del baúl en dos pequeños “diabolos” se puede proceder a su colocación y aseguramiento presionando sobre el cierre posterior. El montaje es realmente sólido y no presenta holguras si se aprieta bien, aunque nunca está de más revisar los tornillos de vez en cuando para evitar sustos. Eso sí, hay que tener en cuenta que cada uno de los tres artículos debe comprarse independientemente, rondando el precio de todo los 450-500 euros en el mercado.
Además de todos estos elementos, GIVI pone a disposición de sus clientes diferentes accesorios opcionales para el baúl, yendo desde un respaldo para el pasajero hasta una parrilla superior, una red de seguridad, un sistema de cierre electrónico o un kit de luces complementario a los reflectantes que ya equipa de serie y que además de dar un toque estético junto a la tapa de aluminio fomentan nuestra visualización por parte del resto de conductores por la noche.
+ LA CAPACIDAD INTERIOR
+ SUJECIÓN INTERNA
+ ESTÉTICA
+ SISTEMA MONOKEY